En una acción significativa, Estados Unidos y sus aliados confiscaron durante dos meses 5.000 armas y 1,6 millones de cartuchos de munición, con la intención de enviarlos a Ucrania. El Departamento de Justicia y los funcionarios de Defensa han colaborado en la búsqueda de vías legales para esta transferencia, explorando el uso de las autoridades de decomiso civil. Esta iniciativa se produce tras la presentación de al menos dos demandas de decomiso de armas iraníes incautadas a principios de año. La decisión, impulsada por la necesidad de apoyar los esfuerzos bélicos de Ucrania, tiene posibles ramificaciones geopolíticas, que posiblemente tensen la alianza de defensa entre Irán y Rusia. Los analistas, como Jonathan Lord, sugieren que la utilización de las armas iraníes incautadas contra la invasión rusa puede no sólo proporcionar un apoyo crítico a Ucrania, sino también afectar a la evolución de la relación Moscú-Teherán.

Más información en CNN.