En el panorama en constante evolución de la tecnología militar, el HESA Shahed 136, también conocido como Geran-2 en el servicio ruso, ha surgido como una formidable munición de merodeo desarrollada por las Industrias de Aviación Shahed de Irán. Este dron autónomo con hélice de empuje ha llamado la atención por su diseño único y su capacidad de despliegue estratégico.
El Shahed 136 está diseñado para atacar objetivos terrestres a distancia, ofreciendo una potente herramienta para operaciones militares. Lanzado en lotes de cinco o más desde un bastidor portátil, su propósito es abrumar a las defensas aéreas lanzando ataques múltiples, consumiendo así los recursos de las defensas objetivo. El primer vistazo público a este dron se dio en diciembre de 2021, mostrando su diseño elegante e innovador.
Esta munición de merodeo tiene una distintiva forma de ala delta recortada, con un fuselaje central que se funde a la perfección en alas con timones estabilizadores en las puntas. El morro aloja una ojiva que pesa entre 30 y 50 kilogramos, mientras que una hélice de empuje de dos palas, propulsada por un motor de pistón de cuatro cilindros Mado MD-550 de fabricación iraní, propulsa el dron. Con una longitud de 3,5 metros, una envergadura de 2,5 metros y una velocidad superior a 185 kilómetros por hora, el Shahed 136 pesa aproximadamente 200 kilogramos.
Una característica clave es la portabilidad del dron, que permite montar toda la unidad, incluidos el bastidor de lanzamiento y el conjunto del dron, en camiones militares o comerciales. El avión no tripulado se lanza con un ligero ángulo ascendente y recibe la asistencia inicial de vuelo del cohete de asistencia al lanzamiento (RATO). Tras el lanzamiento, el dron pasa a su motor convencional para un vuelo sostenido.
Aunque carece de marcas externas, los expertos creen que el Shahed 136 incorpora un procesador informático de la empresa estadounidense Altera, módulos de radiofrecuencia de Analog Devices y chips LDO de Microchip Technology. En particular, se descubrió que algunos componentes utilizados en la electrónica del dron eran de origen extranjero, entre ellos un procesador de Texas Instruments, una bomba de combustible de fabricación polaca y un convertidor de voltaje de China.
En servicio en Rusia, el Shahed 136 adopta el nombre de Geran-2, reflejando las modificaciones que incluyen una unidad de control de vuelo y microprocesadores de fabricación rusa. La adaptación incluye el uso del sistema ruso GLONASS GNSS en lugar del GPS de uso civil estadounidense, lo que mejora sus capacidades de munición de merodeo. El Geran-2 se distingue por el etiquetado y el color de la pintura, a juego con las municiones rusas.
El Shahed 136 adquirió notoriedad durante la guerra rusa de 2022 en Ucrania. Aunque en un principio se confundió con un dron de fabricación rusa, más tarde se confirmó que era un diseño iraní. El ejército ucraniano informó de que había interceptado con éxito numerosos drones Shahed 136, empleando diversas estrategias, como fuego terrestre de pequeño calibre y sistemas de defensa aérea específicos. El análisis coste-beneficio del uso de estos drones favoreció su despliegue, resultando más económico que las defensas empleadas contra ellos.
Los últimos desarrollos sugieren una evolución de la serie Shahed 136, con una versión propulsada a reacción revelada en septiembre de 2023. Esta nueva variante, propulsada por un motor turborreactor, tiene como objetivo mejorar la velocidad y la altitud, haciendo que la interceptación sea más difícil. Además, incorpora una cámara en el morro para mejorar la navegación y el guiado terminal.
La respuesta internacional al Shahed 136 ha sido compleja. El Departamento de Estado de Estados Unidos acusó a Irán de violar la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU al vender drones a Rusia. Los lazos diplomáticos entre Irán y Ucrania se tensaron, e Irán negó haber enviado armas para su uso en la guerra de Ucrania. A pesar de las críticas sobre su utilidad táctica, el Shahed 136 ha encontrado un lugar en la escena mundial, dando forma a los debates sobre el futuro de la tecnología militar.
A medida que el Shahed 136 sigue evolucionando y empleándose en diversas zonas de conflicto, se erige como testimonio del panorama siempre cambiante del armamento autónomo, que impulsa a las naciones de todo el mundo a reevaluar sus estrategias de defensa.